sábado, 6 de agosto de 2011

HISTORIA DE LA IGLESIA: LA GUERRA DE LOS CRISTEROS, 80 AÑOS DESPUES




Por p. Alberto Royo Mejía


En 1926, el presidente Plutarco Elias Calles, general revolucionario, promovió la reglamentación del artículo 130 de la Constitución a fin de contar con instrumentos más precisos para ejercer los severos controles que la Constitución de 1917 estableció como parte del modelo de sujeción de las iglesias al Estado aprobado por los constituyentes. Estos instrumentos buscaban limitar o suprimir la participación de las iglesias en general en la vida pública, pero -dadas algunas características de la legislación, como el hecho que se obligaba a los ministros de culto a casarse y se prohibía la existencia de comunidades religiosas- es posible afirmar que tenían un claro sesgo anti-católico por ser esta confesión la única que en México cuenta con ministros solteros y con comunidades en las que personas deciden convivir.


La ley reglamentaria del 130 constitucional facultaba, siguiendo el dictado de la Constitución, a los gobernadores de los estados de la República a imponer cuotas y requisitos especiales a los “ministros del culto”. Tal fue el caso de los gobernadores más radicales, como Tomás Garrido Canabal del estado de Tabasco quien decretó normas que iban incluso más lejos, pues obligaban a los “ministros del culto” a casarse para poder oficiar, mientras que en estados como Chihuahua se pretendió forzar a la Iglesia católica a operar con un número mínimo de presbíteros, mientras que en Tamaulipas se prohibió oficiar a los sacerdotes extranjeros.Es de 1925, con apoyo de la CROM se creó la Iglesia Católica Nacional Mexicana, dotándola de edificios, recursos y medios para romper con El Vaticano. Confrontada con esta situación, la Iglesia intentó reunir dos millones de firmas para proponer una reforma constitucional. La petición de los católicos mexicanos fue rechazada. Los católicos llamaron y realizaron un boicot para no pagar impuestos, minimizar el consumo de productos comercializados por el gobierno, no comprar billetes de la Lotería Nacional, ni utilizar vehículos a fin de no comprar gasolina. Esto causó severos daños a la economía nacional, al tiempo que sirvió para que las posiciones de distintos grupos dentro de la propia Iglesia católica en México se radicalizaran.


La radicalización hizo que en zonas de los estados de Guanajuato, Jalisco, Querétaro, Aguascalientes, Nayarit, Colima, Michoacán y parte de Zacatecas, en la Ciudad de México, y en la península de Yucatán creciera un movimiento social que reivindicaba los derechos de libertad de culto en México. La dirigencia del movimiento, cercana pero autónoma respecto de los obispos mexicanos, creyó viable una salida militar al conflicto. En enero de 1927, empezó el acopio de armas; las primeras guerrillas estuvieron compuestas por campesinos. El apoyo a los grupos armados fue creciendo, cada vez se unían más personas a las proclamas de ¡Viva Cristo Rey! y ¡Viva Santa María de Guadalupe! lanzadas por quienes fueron conocidos como los cristeros.El origen del sustantivo cristero es disputado. Hay quienes consideran que fueron ellos mismos quienes utilizaron el nombre primero para identificarse, pero hay investigadores del fenómeno, como Jean Meyer, quienes consideran que, en sus orígenes, era una expresión despectiva, usada por agentes del gobierno federal, derivada de cristiano. En todo caso, los que se conocían como cristeros fueron capaces de articular rápidamente una serie de descontentos locales con las consecuencias de la Revolución Mexicana, así como de aglutinar en torno suyo a grupos que, por distintas razones, se oponían a lo que ya para entonces se conocía como el “Grupo Sonora”, nombre creado por el origen sonorense de los presidentes Adolfo de la Huerta, Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles. No sólo eso, la Cristiada, como también se le conoce, logró un uso muy eficaz de símbolos religiosos profundamente arraigados en las prácticas colectivas en México. Este uso de símbolos como la Virgen de Guadalupe unen, por cierto, a grupos tan disímiles en la historia de México como los primeros insurgentes encabezados por Miguel Hidalgo y Costilla o el líder revolucionario Emiliano Zapata


Los alzamientos comenzaron en Jalisco, Zacatecas, Guanajuato y Michoacán, luego se sumó casi la totalidad del centro del país. El conflicto tuvo un carácter fundamentalmente rural aunque la dirección de la Liga fue eminentemente urbana. Los cálculos más optimistas consideran que hacia 1927, las fuerzas cristeras rondaban los 12 000 efectivos y dos años después, en 1929, habían alcanzado los 20,000. Semejantes números son dignos de consideración por varias razones. En primer lugar, los obispos mexicanos, con muy contadas excepciones se distanciaron rápidamente del movimiento armado, desconocieron a la Liga y trataron de negociar la paz con el gobierno de Calles con la mediación del gobierno de Estados Unidos.


En segundo lugar, porque México recién había superado un prolongado y muy costoso conflicto armado que ensagrentó durante poco más de siete años buena parte del país. No sólo eso, los cristeros eran un ejército irregular (a pesar de que contaron con algunos militares de carrera en sus filas), que no esperaban recibir pago y que no contaban con mecanismos formales de aprovisionamiento, reclutamiento, entrenamiento, atención a sus heridos o cuidado de los deudos. A diferencia de otros grupos armados en la historia de México no practicaron la así llamada “leva” (una práctica por la que se obliga a personas a sumarse a un ejército). Finalmente, a diferencia muchos grupos armados durante la revolución y antes durante el siglo XIX, el mercado estadounidense de armas estuvo -al menos formalmente- cerrado para este grupo, por lo que no pudieron adquirir armas o municiones y debían depender de armamento anticuado (mucho de él excedentes de laRevolución de 1910-1917) y operar con muy escasa munición.


En 1928, luego de una tortuosa reforma de la Constitución de 1917 y a pesar de que la Revolución mexicana había iniciado al grito de “sufragio efectivo, no reelección”, el ex presidente Álvaro Obregón contendió como candidato virtualmente único en las elecciones presidenciales. El Grupo Sonora, se pensaba en ese entonces, repetiría la fórmula seguida 40 años antes por el grupo Oaxaca, encabezado por Porfirio Díaz, para reformar paulatinamente la Constitución. Se decía, sin embargo, que Obregón–a diferencia de Calles–no tenía interés en continuar con el conflicto, por lo que llegaría a un acuerdo para acabar con la guerra. Obregón, sin embargo fue asesinado por José de León Toral en el restaurante “La Bombilla” en el Distrito Federal. Obregón había acudido ahí a participar de un desayuno ofrecido por los legisladores del bloque parlamentario que le apoyaba.


Al llegar a la presidencia interina Emilio Portes Gil, comenzó una larga negociación, en la que participó como mediador, el recién llegado embajador estadounidense Dwight Morrow. Se logró un acuerdo de amnistía general para todos los levantados en armas que quisieran rendirse. Se acordó devolver las casas curales y episcopales, y evitar mayores confrontaciones en lo sucesivo. Sin embargo, para ese entonces existía una profunda división en el seno de Iglesia en México. La fractura afectaba desde la cúpula episcopal hasta los laicos. Entre los obispos, la mayoría estaba a favor de un acuerdo con el gobierno, pero habían tres, muy combativos, opuestos al acuerdo. El más decidido de los obispos en contra del acuerdo fue monseñor Leopoldo Lara y Torres, obispo de Tacámbaro en Michoacán. En el otro extremo, presionando para que se lograra un acuerdo con el gobierno, se encontraban los obispos de la Ciudad de México José Mora y del Río y de Tabasco Pascual Díaz Barreto S.J.


Más importantes, acaso, que las divisiones fueron las consecuencias que el conflicto y el desempeño de los laicos católicos vinculados a la Liga tuvieron para marcar el futuro de las relaciones entre laicos y obispos en el seno de la Iglesia católica en México. Como consecuencia de la ruptura entre la Liga Nacional para la Defensa de la Libertad Religiosa y los obispos mexicanos, estos últimos desarrollaron una política de creciente centralización y control de las actividades de los laicos católicos mexicanos por medio de la Acción Católica Mexicana.En todo caso, la Liga y la mayoría de los efectivos de los ejércitos cristeros no aceptaron el acuerdo, así que estimaciones de personajes cercanos a la Liga señalan que de unas 50 mil personas involucradas directa o indirectamente en las acciones militares, sólo 14 mil depusieron las armas, aunque estas cifras han sido motivo de debate.


Bajo la fuerte presión del gobierno de Estados Unidos, que a su vez respondía a las peticiones repetidas de obispos y laicos católicos en ese país, el presidente Portes Gil anunció que la Iglesia católica se sometería a la ley sin que la Constitución sufriera alguna modificación. A partir de ese momento , sin embargo, el país entró en lo que investigadores de la relación Iglesia-Estado en México han calificado como un periodo de “relaciones nicodémicas”, en referencia a Nicodemo, el fariseo que se acercaba a Jesús de noche (de ahí el término nicodemo, “el que viene de noche”). Otros calificaron a este periodo, que se extendería hasta 1992, como un “modus vivendi”, un modo de vivir, en el que el Estado renunciaba a la aplicación de la ley y la Iglesia renunciaba a exigir sus derechos. Estas relaciones nicodémicas o modus vivendi debieron enfrentar, sin embargo un severo momento de prueba cuando Calles, presionado por los efectos devastadores de la crisis de 1929 pronunció el así llamado Grito de Guadalajara.


En ese Grito, 21 de julio de 1934, Calles -en su oficiosa condición de “jefe máximo de la Revolución mexicana”- hacía una llamada para que Revolución, triunfante en lo militar, se trasladara a partir de ese momento al ámbito de la conciencia, de la educación y, de manera más específica, de la educación de los niños. El Grito de Guadalajara marcó el inicio de una serie de reformas al sistema educativo mexicano que culminaron con el proyecto de la así llamada “educación socialista”. Las tensiones creadas por el Grito fueron de tales dimensiones que, una vez más, se organizaron una serie de movilizaciones que, por su magnitud son conocidas como “La Segunda”, es decir, la segunda cristiada, aunque en esta ocasión no hubo fracturas en el seno del episcopado.


No sólo eso. Desde Roma, el Papa Pío XI, consternado ante lo que parecía el inicio de un nuevo ciclo de violencia en México, publicó la encíclica Acerba Animi en septiembre de 1932. Acerba Animi pertenece, junto con Non abbiamo bisogno (junio de 1931), Mit Brennender Sorge (Con viva preocupación) de marzo de 1937, y Nos es muy conocida de marzo de 1937 a un muy reducido número de encíclicas dedicadas a criticar las políticas de los gobiernos de México (Acerba Animi y Nos es muy conocida), de la Alemania Nazi (Con viva preocupación), y de la Italia de Mussolini (Non abbiamo bisogno), especialmente por las políticas anti-católicas desarrolladas durante este periodo por los gobiernos de esos tres países.


Fuente: Iglesia en el mundo -

sábado, 20 de noviembre de 2010

LOS CURAS EN NAVOJOA, SONORA.

En 1914, aliados los mayos con los conquistadores y siendo obedientes a los yaquis sin ser vencidos, es cuando los padres Pérez de Rivas, Tomás Basilio y Pedro Méndez, de la Compañía de Jesús, ser los primeros evangelizadores de la parte sur de Sonora, y a partir de esta fecha se fundaron los pueblos: Camoa, Navojoa (viejo), Tesia, Batacosa, etc.

En 1768, se construye la iglesia de Pueblo Viejo, pero hasta el mes de febrero de 1892, es cuando se designó al Pbro. Adolfo Zazueta, para hacerse cargo de esta parroquia, siguiendo posteriormente: Manuel de Jesús Campoy( 1905-1910), Agustín Mayer ( 1910-1911), Melesio Monge( 1911-1916), Cerrándose los templos ( 1916-1918), por orden del Gobernador del Estado de Sonora, Don Plutarco Elías Calles, Antonio Islas(1918-1919), Melesio Monge ( 1919-1923).

Siendo Presidente Municipal el C. Francisco Amparan (1925-1926), el día 25 de marzo de 1926, certificó el libro para registrar a los encargados de templos de esta municipalidad.

A continuación doy a conocer algunos encargados de templos:
Don Juan Navarrete; encargado del Templo católico de esta ciudad, según aviso fecha 31 de marzo de 1926, signado por los Señores: J. Ruy Sánchez, M. Salazar y Perron, Valentín Velis, Salvador Y. Campoy, Alfonso R. Bours, T. C. Araiza, Tomas R. Bours Jr., A. Bouvet, A. Saba y j.j. Dabdoub

Francisco García; encargado del templo Bautista de esta ciudad, según aviso fecha 15 de marzo de 1926, signado por los Señores: Francisco García, I. E. Mayoral, Joaquín Baldenegro, Juan A. Ramírez, Octaviano Ochoa, Juan B. Rincón, Juan L., Manuel Y. Vega, Begnino Torres, Y. R. Mendívil y Juan Flores.

Leonardo Campas; encargado del templo católico de la Comisaría de Tesia de esta Municipalidad, según aviso fecha 24 de marzo de 1926, firmado por los Señores: Leonardo Campas, José T. Borbón, Florentino Quiñones, José Ayala, Balvanero Quiñones, Cresencio Ayala, José Juan Álvarez, Rosendo J. Jusaino, Lino Valenzuela, Rosario Valdés y Rosalino Valenzuela.

Ruperto Millanes; encargado del templo católico de la Comisaría de Camoa, de esta municipalidad, según aviso girado con fecha 28 de marzo de 1926, por los Señores: José Mendívil, Jesús Corral, Román Ibarra, Maximiano Valenzuela, Rafael Mendívil, Margarito Espinoza…

Cayetano Murillo; encargado del Templo católico de la Comisaría de Pueblo Viejo de esta municipalidad según aviso girado con fecha 19 de marzo de 1926, que esta firmado por: L. Morales, Rafael Morales, Remigio Arce, Sotero Castro, Heraclio Félix, Leandro Díaz, Alberto Ibarra, Francisco Borbón, Macedonio Rabago y Onésimo Valdés.

Felipe B. Espinoza; encargado del Templo católico de San Ignacio de esta municipalidad, según aviso girado con fecha 6 de agosto de 1926, el cual esta firmado por el mismo encargado y diez vecinos mas que son como sigue: A. A. Osuna, Blas Zavala, Canuto Morales, Juan Duarte, Porfirio Ramírez, Francisco Ayala, Nemesio Nolasco, C. Apodaca, Alejandro Miranda y E. M. Morales.

Adolfo Escalante; encargado del Templo ubicado en el Pueblo de Bacabachi, según aviso girado con fecha 5 de agosto de 1926, el cual esta firmado por el Señor Antonio Torres y además por la junta de mas de diez vecinos que son: Félix Valdés, Ángel Ontiveros, Enrique Ibarra, Anacleto Dórame, Inocente Sombra, Domingo Ontiveros, Crescencio Nelloy, Petronilo Yocupicio, Francisco Borbón y Rosendo Borbón.

En cumplimiento de la Fracción Undécima del Artículo 130 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, y por haber abandonado el Templo católico de esta ciudad, el Señor Obispo Don Juan Navarrete y el Presbítero Señor Refugio Salido, que oficiaba en el referido Templo que esta ubicado en la esquina de la Avenida Morelos y Calle García Morales, el C. Presidente Municipal en acatamiento al precepto antes mencionado con fecha 13 de agosto de 1926, procedió a nombrar la junta de diez vecinos caracterizados del lugar, cuya designación fue hecha a favor de los ciudadanos siguientes: Jesús Ruy Sánchez, con domicilio en la Avenida Central este número 29, Tomás R. Bours Jr., domiciliado en la Avenida Hidalgo este número 30, Francisco C. Araiza, con domicilio en la Calle General Otero número 26; Alfonso R. Bours con domicilio en la Central sur, número 16; Valentín Vélis, domiciliado en la Avenida Morelos, número 8; Manuel Salazar y P., CON DOMICILIO EN LA Avenida Hidalgo este, número 15 y 21; Salvador Y. Campoy, domiciliado en la Calle General Otero número 22; Emilio R. Bórquez, con domicilio en la Avenida Allende número 11; Francisco G. Ramírez, domiciliado en la Avenida Central , este número 34; y Manuel J. Guereña, con domicilio en la Avenida Morelos número 40, siendo todos mayores de edad, libres de toda excepción y comerciantes, para cuyo nombramiento se levantó el

acta correspondiente por triplicado, firmándola de conformidad los miembros de dicha junta quienes pasaron desde luego a recibir dicho Templo, previo al inventario de los objetos pertenecientes al culto, que también firmaron de conformidad con el C. Presidente y su Secretaria.

El día 8 de julio de 1929, compareció ante la Presidencia Municipal, el Señor Presbítero Don Mateo Doyrieux, con el objeto de inscribirse manifestando ser mexicano por naturalización, originario de Brignais, distrito de Lyon, República de Francia, con domicilio en la Avenida Morelos Oeste número 50 de esta ciudad.

El 26 de julio de 1929; Se presento ante la presidencia el Señor Francisco García, con el objeto de inscribirse en su carácter de Ministro de la Iglesia Bautista en esta ciudad, siendo sus generales como sigue: Casado civilmente, 39 años de edad, dedicado al culto Bautista como profesión, originario de Tepic, Nayarit, y con domicilio en la casa anexa al Templo Bautista. Fue ordenado ministro Evangélico el día 9 de octubre de 1925, en esta ciudad, por la Junta de Ministros Señores: Frank Marrs, Felipe S. Rojas y Lorenzo García

El día 26 de julio de 1929; En cumplimiento de lo dispuesto por la parte undécima del artículo 130 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y en virtud de la circular número 28 de junio girada a los C. C. Gobernadores de los Estados y telegrama del C. Gobernador Provisional del Estado, fecha 6 del presente mes, que dispone se entregue el Templo Católico de esta ciudad, al cura Mateo D., con fecha 8 fue la entrega del Templo al mencionado, como encargado y bajo la nueva Junta Vecinal .integrada por los Señores: Tomás R. Bours Jr., J. Ruy Sánchez, Alfonso R. Bours, Valentín Vélis, Salvador Y. Campoy, Alejandro J. Peñuñuri, Manuel J. Guereña, Francisco G. Ramírez, Miguel R. Bórquez y Jesús Ruy Sánchez (hijo).

El día 26 de julio de 1929; en cumplimiento de lo dispuesto por la circular número 80 de la Secretaría de Gobernación, fecha 28 de junio último dirigidos a los C. C. Gobernadores de los Estados, con esta fecha se revocó la Junta Vecinal encargada del Templo Bautista de esta ciudad, quedando integrada como Sigue: encargado Ministro Evangélico Francisco García y Señores: Benigno Torres, Manuel Y. Vega, Joaquín Valdenegro , Esteban Mayoral, Octaviano Ochoa, Juan A. Ramírez, Juan B. Rincón, Teodoro Mendivil, Francisco E. Maldonado y Atanasio Ramírez.

Con fecha 26 de mayo de 1929; a petición de los vecinos fue reformada la Junta Vecinal de San Ignacio, de este municipio, encargada del Templo católico, la que según acta levantada que integrada por los vecinos siguientes.: Isidro Hurtado, Eleno Soto, Esteban Nelloy, Mateo Ozuna, Mercedes Ochoa, Francisco Figueroa, Guillermo Rojas, Demetrio Yocupicio y Zeferino Mora., interviniendo el acto el C. Donaciano Moroyoqui, Comisario de Policía.

16 de abril de 1956.- Con esta fecha quedó asentado en el libro respectivo, la renucia que presentó el C. Ambrosio Jocobi M., como Ministro responsable del Templo Evangélico denominado Iglesia Apostólica de la Fe en Cristo Jesús, ubicado en la calle Tabasco número327 de CD. Obregón, Sonora, habiéndose designado en su substitución al Ministro Elías Escamilla C.

16 de mayo de 1956, de conformidad con el párrafo tercero del artículo 10 de la ley Reglamentaria y del artículo 130 Constitucional, con esta fecha se revocó la Junta Vecinal encargada del Templo Bautista de esta ciudad, quedando integrada como sigue: El encargado del Templo saliente, Joaquín Valdenegro, el encargado del Templo entrante, Rodolfo Navarro y Señores: Daniel Morales, Silvestre Orozco, Juan M. Castro, Daniel Mendivil, Juan A. Ramírez y Otras de firma ilegible.

8 de abril de 1957, con esta fecha quedó asentado en el libro respectivo, la renuncia que presenta con fecha 21 de marzo del presente año el Sr. Elías Escamilla C., como Ministro Responsable del Templo Evangélico denominado Iglesia Apostólica de la fe en Cristo Jesús, ubicada en la calle Tabasco número 282 de Cd. Obregón, Sonora, designándose en su substitución al Ministro Sr. J. E. Cazares B.

25 de enero de 1959, de conformidad con el párrafo tercero del artículo 10 de la ley Reglamentaria y del artículo 130Constitucional, se hace constar que con esta fecha cesó como encargado del Templo Bautista de esta ciudad, el Señor Rodolfo Navarro M. Substituyéndolo en su puesto el Señor David A. Maciel.

27 de marzo de 1961, de conformidad con el párrafo tercero del artículo 10 de la ley reglamentaria y del artículo 130 Constitucional, se hace constar con fecha14 de febrero anterior cesó como encargado del Templo Bautista d esta ciudad, el Señor David A. Maciel, substituyéndolo en su puesto el Señor J. Jesús Estrada R.

25 de febrero de 1963, de conformidad con los párrafos 10 y 11 de la ley Reglamentaria y del artículo 130 Constitucional, se hace constar que con esta fechase ha hecho cargo de la Iglesia de Dios del Templo Evangélico” EL DIVINO PASTOR”, ubicado en la carretera Álamos número123 de esta ciudad, el Reverendo Antonio J. Días.

16 de noviembre de 1984, de conformidad con el artículo 130 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, se hace constar que con esta fecha ha quedado registrado el Templo Adventista del Séptimo Día, ubicado por la Avenida Francisco Javier Mina número 404 poniente de esta ciudad, y que se ha nombrado Ministro al Señor Gilberto Torres Covarrubias, firmando este registro el Profesor Presidente Municipal Alfonso Rocha Moya y el Secretario del H. Ayuntamiento de Navojoa, Sonora Lic. Abel Noé Ramos Nieblas.